Woodward argumentó que las diferencias en la organización del trabajo y en el comportamiento en el trabajo (el número de niveles de gestión, el área de responsabilidades de los supervisores, la división de funciones entre los especialistas, la claridad con que se definen los roles y deberes, la cantidad de comunicación escrita,...), por lo general podrían atribuirse a la propia situación laboral inmediata. En particular, en la encuesta de Essex, las diferencias en tecnología explicaron muchas diferencias en la estructura organizativa.
Elaboró una tipología de sistemas de producción ampliamente debatida, señalando la distinción según el grado de complejidad técnica, que van desde la producción unitaria y en lotes pequeños, pasando por la producción en lotes grandes y en masa, hasta la forma más compleja de proceso de producción, de forma que con esta estructura organizativa, las organizaciones serían exitosas.
El trabajo de Woodward fue fundamental para establecer nuevos estándares de investigación empírica en la sociología de las organizaciones y para demostrar las posibilidades de comparación sistemática frente al estudio de casos aislados.
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